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Haiti-R. Dominicana/Decapitación : …Demasiado lejos

Por Hérold Jean-François

Transmitido a AlterPresse el 7 de mayo de 2009

No fue en plena selva lejos de todo, que una tribu de Indios ‘’salvajes’,’ no todavía en contacto con los ‘’civilizadores’’ de la cruz y de la bandera, celosos de su territorio, escalparon un ‘’rostro pálido’’. No fue en las montañas lejanas de Salcedo, más cercana de la frontera, fuera de la vista de las autoridades, que un grupo de habitantes aplicaron su propia justicia. Fue en pleno Santo Domingo, en un barrio poblado, Buenos Aires, en pleno día, a la vista de todos, que una muchedumbre se apodera del derecho de asesinar colectivamente un ciudadano de Haití, Carlos Nérilus, acusado de crimen. Varias fuentes dijeron que la víctima no tenía nada que ver con el suceso reprochado…

¿Puede ser la República Dominicana una sociedad de bárbaros ?¿Puede la sociedad Dominicana aceptar ser cómplice de tal barbaridad en el Siglo XXI que afectará todos los dominicanos sin levantarse como un solo hombre para condenarla con la última energía ?¿ Donde están las fuerzas morales, los destacados Obispos que dominan la opinión pública en la vecina nación ?¿ Donde están los que se reivindican del cristianismo por oposición al voduismo haitiano ?¿Fueron servidores de Dios bajo la influencia de las herencias y de la cultura ‘’superior’’ de la ‘’madre patria’’que cortaron con un hacha la cabeza de Carlos Nérilus bajo el aplauso de una multitud incluyendo a niños captando las imágenes del funesto acto con las cámaras de sus teléfonos celulares ? No estamos ciertos…

¿Como podía ser que ninguno había llamado la policía para advertirla de una situación anormal ? La decapitación intervino tras un periodo de maltratos y de torturas bastante largo. ¿Como el cuerpo de la víctima quedó casi tres horas en la calle sin que la policía intervenga ?

Si este crimen es una expresión de la dominicanidad, los mismos teóricos de esta tesis como Manuel Arturo Peña Batlle y el Doctor Joaquín Balaguer deben removerse en sus tumbas… ¿Matar un Haitiano en La República Dominicana es un acto sin consecuencia ? ¿Es como matar un perro ? ¡Hasta en tal caso, los defensores de los animales, el dueño de dicho perro, un niño sensible por lo menos, hubieran intervenido para solicitar liberar al animal !

El Estado de Derecho implica que la nación a que se refiere, puede proteger no solamente a sus ciudadanos, pero a todos los extranjeros que transitan o viven en su territorio. Cuando se clasificó a la República Dominicana como un ‘’Estado Fallido’’, entendemos la viva y debida reacción de protesta del Presidente Leonel Fernández. ¿Pero un Estado que no puede ofrecer la adecuada protección a una persona a pesar de que hubiera sido un indocumentado, cual es la calificación que corresponde a esta realidad ?

La presencia masiva de haitianos en la República Dominicana no tiene una sola cara. Si es cierto que esta presencia contribuye sin reconocimiento al crecimiento constante de la economía dominicana, provoca también problemas que suelen ocurrir entre la sociedad de acogida y los inmigrantes. Los haitianos no son en este caso, una excepción. Lo mismo puede pasar con los dominicanos y como de hecho ocurre entre dominicanos y borinqueños, entre dominicanos y españoles, entre dominicanos y americanos o entre ésos y demás ciudadanos del planeta en los Estados Unidos etc.…

La decapitación de Carlos Nérilus en Santo Domingo, es la consecuencia del discurso anti-haitiano vehiculado por muchos años por grupos conservadores de la extrema derecha ligados hoy al PLD en el poder. Estos últimos años, varios casos de enfrentamientos entre ciudadanos dominicanos y haitianos después de acusación de inmigrante haitiano en presunto caso de asesinato de dominicanos, sin la debida prueba, ocurrieron a lo largo del territorio dominicano.

A pesar de llamadas de voces autorizadas en la vecina nación, la reacción de las autoridades fueron bastante débil y pocos casos fueron objetos de un trato responsable dando lugar a juicio en los tribunales. La impunidad es madre de la barbaridad. Cuando se plantea los problemas a solucionar de manera franca a nivel bilateral, las autoridades dominicanas suelen replicar que las voces que acusan al país ‘’magnifican’’ los hechos.

En una reciente entrevista que atentamente, nos ofreció el Presidente Fernández en Puerto de España, al margen de la Quinta Cumbre de las Américas el pasado 18 de abril, él evocó la misma exageración de los hechos cuando hay incidentes entre haitianos y dominicanos. La gravedad de este último caso que afectará sin duda ninguna la reputación y la imagen de la República Dominicana bajo el prestigioso liderazgo del Presidente Fernández, necesita una gestión diferente. Traducir ante la justicia a los responsables de tal horror es la manera adecuada de evitar que la nación Dominicana endose un acto tan envilecedor.

Y como lo planteó el Presidente Leonel Fernández en la citada entrevista, hay urgencia en el relance de la Comisión Mixta Bilateral para poner en la mesa de manera sincera y seria, todos los expedientes que afectan las relaciones entre Haití y la República Dominicana. Lo que dominicanos y haitianos deben entender en ruptura de los lugares comunes del pasado en las relaciones entre ambas naciones es que estamos en el Siglo XXI. La historia quédamelos en los libros, aunque alterada y deformada por sentimientos partidarios. El presente y el futuro, les debemos construir juntos, desarrollando otros tipos de convenios, de lazos, de asociaciones, de relaciones con respecto a los intereses del momento sin dejar que seamos prisioneros del pasado, así como del sueño irrealizable de los que hubieran preferido otro hermano siamés que Haití…

Hérold Jean-François
Periodista Haitiano