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No habra guerra en Irak

Por Héctor Turbi / Dominicanos y Dominicanas por la Paz

Febrero de 2003

Es el titular que más del 90% de la humanidad quiere
ver en la primera plana de los periódicos.

Pero en términos estrictamente sociopolà­ticos, que no
haya guerra en Irak es sin embargo hasta ahora solo
una tendencia que en las últimas dos semanas a
recibido en todo el mundo un respaldo e impulso
abrumador tanto en las encuestas, en las
movilizaciones de calle, como en ciertos organismos
que como el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas (ONU), la Unión Europea (UE), la Liga à rabe o
el Movimiento de Paà­ses no Alineados (NOL) tienen
muchas o pocas velas en ese entierro.

Esa tendencia convertida en clamor de los pueblos
compite con el poder y la decisión imperial que ya ha
hecho todos los preparativos logà­sticos para
materializar la agresión y serà­a una ingenuidad
subestimar su capacidad de maniobra, de presión y
chantaje en los cà­rculos internacionales. El acuerdo
de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) para supuestamente asistir a Turquà­a en caso de
una improbable agresión por parte de Irak, a pesar de
la cacareada oposición francesa, alemana y belga, es
una prueba fehaciente de ello.

Aportaré algunos argumentos adicionales que fortalecen
la tendencia a que se desestime la guerra, pero
debemos ser más exactos : hasta hace pocas semanas en
los cà­rculos económicos, polà­ticos y de prensa
internacionales y aún todavà­a en los núcleos del poder
norteamericano la guerra se veà­a y se ve como algo
inevitable, de hecho para eso se estaba y en cierta
medida se está todavà­a preparando casi todo el mundo.

Siendo más precisos, ahora no estamos hablando de
ninguna guerra, ésta la sufre el pueblo iraquà­ con el
bloqueo que ha matado a cerca de un millón de niños
desde 1991, la llamada zona de exclusión aérea es
bombardeada por la aviación norteamericana e inglesa
casi diariamente, el periódico The Washintong Post
reportó en estos dà­as el ingreso de soldados
estadounidenses en territorio iraquà­. En la actualidad
de lo que se trata es que el gobierno norteamericano
en su calidad de matón global exige que el Consejo de
Seguridad de la ONU le autorice a descargar sobre
Bagdad 800 misiles y 3 mil toneladas de bombas en
apenas 48 horas, con la advertencia de que si no lo
aprueban formalmente, lo harán como quiera.

Bush y el equipo de halcones que actualmente dirige
la polà­tica estadounidense estuvo incluso a punto de
materializar esta agresión sin contar siquiera con la
aprobación del propio congreso norteamericano, pero la
presión internacional procedente de diversos
litorales, asustó a algunos viejos zorros de la
polà­tica norteamericana que como Henry Kissinger le
sugirieron al presidente que habà­a subido a la Casa
Blanca gracias a unos dudosos votos recolectados por
la mafia de Miami que no se lanzara a esa aventura sin
al menos tener el apoyo del legislativo federal.

Los preparativos de esta guerra han recibido amplia
cobertura en los medios de información, alrededor de
200 mil efectivos militares ya están apostados en la
región listos para entrar en combate, cientos de
bombarderos, barcos y pertrechos ubicados en
disponibilidad de uso inmediato. Los posibles gastos
de guerra también están calculados hablándose desde
200 mil millones de dólares hasta un millón de
millones, se han calculado incluso los futuros
beneficios que dejará el petróleo iraquà­, las nuevas
configuraciones geoestratégicas regionales y
mundiales. Hay detalles del itinerario de la guerra,
destrucción de ciudades, pueblos enteros, culturas
milenarias, el militar norteamericano futuro
presidente de Irak ya se ha designado, entre otros
pormenores. La ONU estima que las victimas iraquà­es
fruto de esta guerra podrà­an ascender al menos a unos
10 millones de seres humanos entre muertos, inválidos
y desplazados. Es un genocidio frà­amente premeditado,
los tecnócratas polà­ticos y la prensa estadounidenses
hablan tranquilamente de todo aquello como si se
tratara de los preparativos de las olimpiadas, la
copa mundial de fútbol, el carnaval de Rà­o, el
festival de Viña del Mar, el concurso Mis Universo o
del Mangú de bananos realizado por los mócanos en
estos dà­as.

Pero el colmo de la inversión de valores en los
términos de las relaciones internacionales es el
incidente de la OTAN respecto al caso de los turcos.
El territorio de Turquà­a, flamante candidato a la
exquisita Unión Europea, es el doble del de Irak, su
población de 68 millones de habitantes es tres veces
mayor, el ingreso percápita del primero es 10 veces el
del segundo. Turquà­a fue durante todo el llamado
periodo de la guerra frà­a y hasta hace poco el mayor
receptor del mundo de ayuda militar norteamericana con
la sola excepción de Israel, su parque bélico y
ejército de más de 650 mil efectivos supera con creces
al iraquà­. Bush y Blair planifican una guerra contra
Irak desde el territorio turco, que en este caso es el
agresor, el gobierno iraquà­ no ha dicho una sola
palabra sobre Turquà­a, pero resulta que gracias al
poder mediático de los Estados Unidos se presentan las
cosas totalmente invertidas al punto de crear lo que
se dice ha sido la mayor crisis de la OTAN en toda su
vida por la inicial negativa de Francia, Alemania y
Bélgica de asistir a la "indefensa" Turquà­a. El asunto
es asà­ : Turquà­a e Irak son dos vecinos que viven en el
mismo barrio (Oriente Medio), Estados Unidos viene de
otro barrio (Norteamérica) a atacar a Irak usando a su
vecino Turquà­a y para completar le pide al matatán de
todos los barrios (a la OTAN y la Unión Europea) que
si por si acaso el agredido se engrengueña ellos
entren en acción para que lo rematen. ¿Acaso podrá
agredir Irak a alguien después que los E. U. dejen
caer todo su poder bélico sobre su pueblo ?.

Pero afortunadamente los pueblos van reaccionando y
están confluyendo un conjunto de factores que pueden
contribuir a que los guerreros de Washintong y Londres
tengan posiblemente que quedarse con su moño preparado
haciendo cocote, pues la gente en todos los
continentes se hartó de tanta infamia y arrogancia y
ha salido a la calle de forma multitudinaria a luchar
para detener el genocidio que se pretende cometer
impunemente para satisfacer intereses de dominación y
control mundial.

Está mucho más claro ahora que parar la agresión al
pueblo iraquà­ es posible y en ello las movilizaciones
populares como las del 15 de febrero juegan un papel
fundamental en diversos aspectos :

- Esclareciendo ante el mundo las verdaderas razones de
la agresión, su carácter genocida, antiético y
contribuyendo a inclinar la opinión publica
internacional contra la guerra.

- Rompiendo el silencio impuesto por las grandes
agencias informativas y ayudando a que muchas verdades
salgan de la oscuridad a que la somete el poder
imperial.

- Cuestionando la legitimidad de los gobiernos que como
el inglés, español e italiano apoyan la agresión.

- Aislando ostensiblemente la polà­tica guerrerita de la
élite estadounidense.

- Presionando para que potencias que coyunturalmente se
oponen a la guerra por conveniencias polà­ticas como
Francia, Alemania, Rusia y China, no se echen para
atrás.

- Minando la confianza de la decisión imperial de
imponerse a todo el mundo contra viento y marea.

- Contribuyendo a que decenas de gobiernos de paà­ses
à rabes y del Tercer Mundo en general asuman una
posición menos vacilante frente al problema.

- Inyectándole confianza al movimiento de la
posibilidad de obtener una victoria frente al poder y
demostrando una vez más que la arrogancia imperial no
es invencible.

Estas movilizaciones en ningún modo significan un
apoyo al régimen tiránico de Sadam Hussein, al
contrario pueden contribuir a presionar la
democratización de los regà­menes de esa zona que en no
pocos casos han contado con el apoyo británico y
estadounidense para sus atrocidades.

Es obvio que en las últimas semanas se ha operado un
cambio sustantivo a favor de la posibilidad de parar
la agresión, el Tercer Foro Social Mundial de Porto
Alegre, Brasil representó un impulso decisivo al poner
en el tapete el carácter genocida y hegemonista de
esta guerra, destacar la necesidad e importancia de
pararla y viabilizar la dimensión mundial y
multitudinaria de las protestas contra la misma. Tuve
la oportunidad de asistir a ese evento y allà­ se
hablaba de generalizar las acciones que se
planificaban para el 15 de febrero en unas 30 ciudades
del mundo. La actitud que han asumido los pueblos se
expresa claramente cuando las agencias de prensa
admiten que en más de 600 ciudades del mundo se
realizaron movilizaciones multitudinarias que en la
mayorà­a de los casos superaron todas las expectativas.

El periódico La Jornada estimó en más de 30 millones
las personas que se movilizaron contra la guerra en
todo el mundo el 15 de febrero, este hecho no tiene
precedentes y hay que señalar que no solo en 600
ciudades se realizaron acciones de protestas, sino en
miles de comunidades y pueblos. La concentración en el
Parque Independencia que se hizo en la República
Dominicana por ejemplo, apenas se ha reseñado en los
reportes internacionales, sin embargo, no solo esa
actividad se hizo en este paà­s, en la semana del 15 de
febrero se realizaron marchas y caminatas en Bonao, El
Seybo y otros puntos, también misas en numerosas
localidades y eso mismo podrà­a decirse de la
generalidad de los paà­ses latinoamericanos y
caribeños. Todo ello indica claramente que el panorama
frente a la agresión ha cambiado completamente y que
los diseñadores de la polà­tica internacional no pueden
hacerse los chivos locos frente a esta realidad.

Las acciones contra la guerra continuarán, pero es
obvio que eso no es suficiente para detener los planes
guerreritas de la élite petrolera-militar
inglesa-estadounidense, tienen una decisión firme y
solo si el panorama global se le presenta a ellos de
manera que se convenzan de que la sal le puede salir
más cara que el chivo, entonces podrà­an pensar en
echar atrás su aventura, eso, de hecho ya está
planteado con :

- La perdida creciente de base de sustentación de los
regà­menes aliados a los E.U. que apoyan la agresión.

- La radicalización de importantes sectores sociales
que se oponen a la guerra y el reanimamiento del
movimiento progresista internacional no solo por la
posibilidad de obtener una victoria puntual contra el
que se considera el gendarme mundial, sino también por
la revitalización en el proceso de batallas tan
cruciales como la lucha contra el desarme de las
potencias, la redistribución de las riquezas, contra
la odiosa deuda externa del tercer mundo y las
liberalizaciones comerciales, por la vigencia de los
derechos humanos y por otro mundo más humano, fraterno
y solidario.

De ahà­ la importancia de ampliar y profundizar esta
lucha, porque solo si los halcones ven que sus
intereses estratégicos comienzan a ponerse en juego,
entonces no le quedarà­a más remedio que recoger los
motetes adicionales que han enviado a Oriente Medio,
meterse el orgullo entre las piernas y la humanidad
podrá proclamar el titular que los periódicos aún no
pueden poner : NO HABRA GUERRA EN IRAK