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Confederación Dominicana de Religiosos y Religiosas apoya sacerdotes que son amenazados por trabajar con inmigrantes haitianos

Santo Domingo, 02 Nov. 05 [AlterPresse] --- La Confederación Dominicana de Religiosos y Religiosas (CONDOR) apoyó el 2 de noviembre la labor pastoral que llevan a cabo los sacerdotes Christopher Hartley, San José de los Llanos (San Pedro de Macorí­s), Pedro Ruquoy, en Batey 5 (de Barahona.), además del padre Román Mouton, Superior Mayor en República Dominicana de los Misioneros del Inmaculado Corazón de Marí­a, ví­ctimas de una campaña sucia, que busca denigrar su trabajo con la comunidad haitiana en el paí­s.

Asimismo, la CONDOR, demandó el gobierno dominicano definir una polí­tica migratoria clara, justa, coherente y respetuosa de la ley y los derechos humanos.

Los religiosos, además se oponen a la repatriación masiva de haitianos como se ha estado haciendo donde miles de haitianos son ví­ctimas de atropellos y violación de todos sus derechos fundamentales.

En un documento dado a conocer este miércoles y firmado por los Superiores y Superioras Mayores, la CONDOR además defiende el derecho a la nacionalidad de niños y niñas nacidas en territorio dominicano hijos e hijas de emigrantes que vienen a trabajar al paí­s y que tienen varios años residiendo en suelo criollo.

Los religiosos expresaron su apoyo moral y como institución a los/as miembros de la entidad que son amenazados con ser deportados de la República Dominicana, por el hecho de trabajar con la comunidad haitiana.

Diversos sectores, de los llamados “nacionalistas†y funcionarios del gobierno de Leonel Fernández, como el director de Migración y el director del Instituto Nacional del Azúcar, han reclamado que varios sacerdotes (entre ellos Hartley y Ruquoy) sean sometidos a la justicia por haber declarado en el caso del padre Pedro dos niños haitianos como hijos suyos y en el caso del cura de San José de los Llanos de San Pedro de Macorí­s por defender el derecho de los trabajadores cañeros a tener una vivienda digna. A este último se le ha acusado de incitar a la quema de cañaverales propiedad de la Industria Vicini.

De igual manera, los religiosos y religiosas expresaron su solidaridad con la declaración hecha por Monseñor Francisco Osoria, Obispo de San Pedro de Macorí­s (16 de octubre 2005), aclarando que las acciones del Padre Christopher Hartley no son personales sino del Obispado y de él como Pastor de la Diócesis, y con la del Padre Román Mouton, Superior Mayor en República Dominicana de los Misioneros del Inmaculado Corazón de Marí­a contra la campaña para denigrar al Padre Pedro Ruquoy, de Barahona.

Las reflexiones los/las Superiores y Superioras Mayores de la CONDOR es el fruto de un encuentro llevado a cabo del 18 al 20 de octubre donde discutieron “la preocupación por el modo en que se viene tratando la situación dominico-haitiana, creando confusión, inquietud y manipulación de la información en detrimento de la verdad, de la búsqueda y respeto de la dignidad de la persona y del bien común†.

“¿Cómo podrán los bautizados pretender que acogen a Cristo si cierran su puerta al extranjero que se les presenta? Apoya además a las comunidades que han trabajado con “la Iglesia católica para formar sociedades donde se aprecie sinceramente las culturas de los emigrantes y sus dones especí­ficos y con talante profético se haga frente a las manifestaciones de racismo, xenofobia y nacionalismo exagerado†, indica el documento de la CONDOR en referencia a la situación de los inmigrantes haitianos en la República Dominicana.

Asimismo, sostienen “que todo ser humano, al nacer, tiene derecho a un nombre, a un apellido y a una nacionalidad. Nuestra Constitución Dominicana establece claramente el derecho que tienen todos/as los/as nacidos/as en territorio dominicano a la nacionalidad dominicana, -exceptuando a los/as hijos/as legí­timos/as de los extranjeros residentes en el paí­s en representación diplomática o los que están de tránsito†.

Además, expresan. “Nos duele, nos parece inaceptable y contrario a la ley y a la justicia, que personas nacidas en el paí­s de padres que han sido traí­dos a trabajar en nuestra agricultura y con muchos años viviendo en el territorio nacional sean privados de ese derecho humano y constitucional, impidiéndoseles, al mismo tiempo, otros derechos inalienables como son la educación, la salud y la participación social y polí­tica que les corresponden como ciudadanos/as†.

La Confederación Dominicana de Religiosos/as, abogan también para que el Estado Dominicano, haciendo uso de su soberaní­a, tenga una polí­tica migratoria clara, justa, coherente y respetuosa de la institucionalidad, de la ley y de los derechos humanos, que favorezcan además la buena relación de hermandad entre los paí­ses y ayude a eliminar prejuicios históricos.

“Como dominicanos y dominicanas luchamos por estos derechos en nuestro Pueblo como parte del esfuerzo común para que también se respeten los derechos de los/as emigrantes en todo el mundo y de nuestros emigrantes en los Estados Unidos de Norte América, en Europa y otras naciones, donde también existe discriminación†.

“Somos conscientes además de la importancia de seguir insistiendo para que estas naciones asuman su responsabilidad mayor en torno a paí­ses pobres cuyas condiciones económicas provocan la emigración como medio de encontrar una mejora en la calidad de vida. Reconocemos, también, el trabajo de muchos/as hermanos/as, -extranjeros/as como dominicanos/as-, que gastan su vida a favor de los que sufren, sin distinción de raza, cultura o nación†, indica el documento de la CONDOR transmitido a la Redacción de Alterpresse en Santo Domingo. [jls apr 02/11/2005 18:30]