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Obispado defiende labor pastoral de un padre en la entrega de 26 viviendas a familias haitianas

San Pedro de Macorí­s 16 oct. 05 [AlterPresse] --- El sacerdote Christopher Hartley responsabilizó al consorcio Vicini de la situación que está ocurriendo en San José de los Llanos donde los trabajadores cañeros son vejados , maltratados y se obliga a niños de hasta 11 años a trabajar en las plantaciones agrí­colas productoras de azúcar.

Indicó que la empresa Vicini está empeñada en sacarlo del paí­s debido al trabajo de acompañamiento pastoral que lleva a cabo en los bateyes.

Aseguró que los dominicanos y haitianos de los bateyes de de San José de los Llanos al Este de la República Dominicana conviven en hermandad y que no existe ningún problema.

Denunció que el consorcio Vicini, a punta de fusil, obliga a los obreros a permanecer en sus puestos de trabajo. "Cómo es posible que un militar, en el caso del capitán Amarante, sea el jefe de la seguridad de una empresa privada y que a punta de rifle retiene a los obreros que son llevados a las labores de corte de caña a las 3:00 de la mañana".

Dijo no explicarse cómo una persona que se quiere escapar de su puesto de trabajo, es encerrada en un almacén de abonos, donde es sometido a torturas.

El sacerdote Hartley denunció además que en esa zona los campos de caña los siembran niños de hasta nueve años a los que se les paga siete pesos por surco, lo que según dijo es un trabajo infantil condenado por leyes internacionales.

Expresó que si la gente va a esos bateyes y se percata de cual es su situación se dará cuenta de que el "huracán" no está en el obispado ni en él, sino en los campos de caña.

Hartley indicó que es un sacerdote que trabaja con la parroquia de San José de los Llanos y que no es un revolucionario ni trabaja con una ONG (organización no gubernamental), ni organizaciones internacionales, sino en favor de la comunidad, como representante de la Iglesia.

Manifestó que se le ve como el ojo del huracán porque es el párroco de esa comunidad, ya que si trabajara en otros lugares, tendrí­a otros problemas.

Señaló que tiene 30 campos y 30 bateyes pertenecientes al ingenio Cristóbal Colón y al CEA, a los que acude a dar misas y que la gente le expresa la situación de miseria que tienen.

Indicó que muchas de esas familias en ocasiones lo que comen es caña y mango, y que por esa razón es que se ha empeñado además de evangelizar, hacer una labor social y humanitaria.

Aseguró que el problema viene porque él se opone al régimen de terror que impera en los bateyes pertenecientes a su parroquia.

De su lado el obispo de la Diócesis de San Pedro de Macorí­s, monseñor Francisco Ozoria, afirmó que está más que justa la entrega de unas 26 viviendas a familias haitianas y de ascendencia haitiana y apoyó la labor pastoral que desarrollo el sacerdote Christopher Hartley, párroco en San José de los Llanos.

El obispo Ozoria dijo que las acciones del padre Christopher no son personales sino del Obispado y de el como pastor de la Diócesis de San Pedro de Macorí­s.

El obispado señaló que construyó esas viviendas con fondos provenientes de donaciones privadas y que la posesión de los terrenos donde fueron levantadas es válida y legal y que el gobierno no tiene ninguna participación en este nuevo proyecto.

Para el proyecto el obispado contrató los servicios de la constructora Pons. Señala que las familias que habitan las viviendas no han realizado una ocupación, ni ilegal ni violenta como se ha reseñado en algunos medios, sino que han sido adjudicadas por quien es competente, el obispado.

Monseñor Ozoria Acosta dijo que las 26 viviendas fueron distribuidas de manera equilibrada y que unas 17 familias dominicanas fueron beneficiadas y las demás entregadas a familias de origen haitianas.

Señaló que los fondos para la construcción de las viviendas fueron gestionados por el obispado con agencias extranjeras y personas que tienen el interés de ayudar a los más necesitados.

Informó que en la zona de San José de los Llanos no hay ningún tipo de violencia entre dominicanos y haitianos, sino que ambos conviven en fraternidad.

Dijo que el trabajo del sacerdote Christopher Hartley es una labor de la Iglesia y que no se puede ver como individual.

Manifestó que el hecho de que haya personas que trabajen y entreguen su vida en bien de los demás, y que no hayan ocasionado dificultades, son estilos de trabajo que se hacen sin chocar con intereses económicos o polí­ticos, por lo que ese trabajo no es tormento para nadie.

Ozoria Acosta señaló que la razón fundamental de los problemas han sido los intereses económicos y polí­ticos de un sector del paí­s que no identificó. [jls apr 16/10/2005 21:00]