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El Premio Nobel de Paz, Adolfo Perez Esquivel, condena atentados de Londres

Comunicado del Servicio Paz y Justicia, del Premio Nobel de Paz argentino, Adolfo Perez Esquivel

Transmitido a AlterPresse el 7 de julio de 2005

Hacemos llegar nuestro apoyo y solidaridad al pueblo de la Gran Bretaña, muy en particular a las familias afectadas por los atentados terroristas, en Londres, provocando muertos y heridos.

Rechazamos y denunciamos, con toda nuestra energí­a, todo tipo de terrorismo, provenga de quien provenga; tanto el provocado por el oscurantismo de quienes recurren en las sombras buscando imponer el miedo a través del terror por Al Qaeda.

No podemos dejar de señalar que, en ésta locura y violencia desatada en el mundo, mucho tiene que ver las polí­ticas impuestas como el terrorismo de Estado, de gobiernos que desconocen las Resoluciones de las Naciones Unidas, como el Derecho Internacional, los Pactos y Protocolos y que aplican la sistemática violaciones de los derechos humanos, torturas, desaparición, violaciones y asesinatos; como en las cárceles de Irak, Guantánamo y Afganistan, con total y absoluta impunidad.

No existe justificativo alguno que avale la barbarie y el terror.

No podemos olvidar que el 15 de febrero del 2001, los pueblos del mundo se pusieron de pié para reclamar a sus gobierno y al mundo

¡ NO A LA GUERRA!. Los gobernantes no quisieron escuchar ese clamor y llevaron a los pueblos a la guerra, invocando mentiras, justificando lo injustificable y llevando al mundo a un punto crí­tico.

Han desatado una guerra sin fronteras, donde la inseguridad y el miedo es el común denominador.

Debemos alzar nuestra voz y sumarla a las voces del mundo que reclaman parar la locura desatada antes que sea tarde y envuelva la violencia a todos los pueblos.

Nos duele profundamente el sufrimiento del pueblo londinense, ví­ctima de los atentados terroristas; la pérdida de vidas y heridos.

Nos duele la irresponsabilidad de los gobernantes que montados en la mentira y en los interes polí­ticos, militares y económicos, a quienes no les interesa la vida de los pueblos y hayan desatado la guerra, invadiendo otros paí­ses.

Nos duele que unos y otros invoquen a Dios para justificar el horror y las matanzas.

Reclamamos acciones internacionales de Iglesias, organismos internacionales y sociales, para unir sus voces y reclamar el cese de la violencia.

Lamentamos que la ONU haya sido neutralizada y sin fuerza para ejercer sus funciones frente a los desafí­os que el mundo reclama.

Adolfo Pérez Esquivel
Buenos Aires, 7 de Julio de 2005