« Grito de alarma de los Jesuitas de Haïti »
Comunicado fechado el 27 de Octubre de 2021, transmitido a AlterPresse
1. Desde hace más de tres (3) años, los jesuitas de Haití no han dejado de hacer sonar la alarma y de llamar la atención de la comunidad internacional sobre el vertiginoso deterioro de la situación del país, denunciando los excesos totalitarios del difunto Presidente, Sr. Jovenel Moïse, la captura del país por parte del sector económico mafioso, la falta de respeto por la vida y por los derechos fundamentales de la persona humana, y la miseria crónica en la que languidece la gran mayoría de la población haitiana.
2. Incluso hoy, menos de cuatro meses después del atroz asesinato del presidente, un clima de terror se ha apoderado del país. Alrededor de Puerto Príncipe, la soga se estrecha. Los habitantes de Puerto Príncipe están desesperados y más que nunca temen por su vida. Desde hace tres días, los sindicalistas han lanzado un movimiento de huelga para decir no a la ignominia. Todos los sectores parecen adherirse a esta iniciativa para forzar las “autoridades” a hacer algo.
3. Los secuestros están muy extendidos. Sacerdotes, pastores, empresarios, profesores, ciudadanos de todos los ámbitos y estratos sociales, pero especialmente de la clase media, son secuestrados y mantenidos cautivos en cualquier momento. Un grupo de 17 estadounidenses y un canadiense siguen en manos de los secuestradores, que exigen 17 millones de dólares de rescate. Los secuestrados suelen ser agredidos física y sexualmente. Muchos son ejecutados, incluso después de pagar el rescate. La clase media se empobrece y está totalmente endeudada.
4. A la crisis política y de seguridad se añade una nueva crisis: la escasez de combustible. Las terminales están controladas por los bandidos desde hace más de dos meses. Los bandidos, que dominan la capital sin piedad y ejercen el derecho de vida y muerte sobre la población, impiden a los camioneros abastecer las gasolineras. Debido a este problema, el Centro Nacional de Ambulancias (CAN) y muchos centros hospitalarios ya han anunciado que interrumpirán sus actividades, lo que augura una crisis humanitaria sin precedentes en el país en medio de la pandemia. Algunos productos de primera necesidad ya se están agotando.
5. Los jóvenes y los profesionales que pueden permitírselo abandonan el país por centenares. Algunas escuelas y universidades, especialmente en la capital, se están vaciando literalmente. Muchos jóvenes han regresado a las ciudades de provincia. Debido a la inseguridad y a la crisis del combustible, los que están en Puerto Príncipe prefieren quedarse en casa, esperando con cansancio que amanezca un nuevo día.
6. Ante este estado de cosas, invitamos a todas las fuerzas vivas (las Iglesias, la Universidad, la Juventud, la Prensa, etc.) de la nación a un despertar patriótico para decir no a la negligencia. Pedimos a los políticos haitianos que den un paso atrás, que trasciendan para dar una oportunidad al país. Lanzamos un llamamiento urgente a los haitianos de la diáspora, a la comunidad internacional, a los países llamados amigos, especialmente a los Estados Unidos de América, Francia y Canadá, para que dejen de lado sus intereses mezquinos y tomen la verdadera dimensión del drama haitiano del que son actores. No es posible que veamos pasiva o cínicamente cómo se marchita todo un pueblo. ¡A qué esperamos para acudir al rescate de este pueblo martirizado y ayudar a frenar bandidos y oligarcas y exigir al gobierno de facto que asuma sus responsabilidades cesando toda connivencia con las bandas armadas!
7. La hora es grave, pero confiamos en que Dios pronto coronará nuestra resistencia y lucha, transformando nuestra desgracia en una fiesta, convirtiendo nuestras penas y lágrimas en una danza.
P. Jean Denis SAINT-FÉLIX, S.J
Superior de los jesuitas en Haití
27 de Octubre 2021