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La gobernabilidad en Haití

- La gobernabilidad en Haití

Si de algo nos ha servido la historia pos-Trujillo y pos-Duvalier, tanto a los dominicanos como a los haitianos, ha sido comprender con bastante claridad que una de las variables de la gobernabilidad en la isla es la vigencia de la alternabilidad en el poder.

Es ésta práctica polí­tico-institucional que vehiculiza, le da credibilidad y esperanza a la democracia y cuando se pone en duda y se perturba el escenario para que se efectúe, los actores polí­ticos responsables, terminan incinerados en uno de los pozos que narra Dante en la "Divina Comedia", porque el costo de sus acciones sobre las naciones, en términos económicos, sociales, polí­ticos, culturales, y en términos raciales, son catastróficos.

Se provoca una disrupción del orden institucional, del sistema socioeconómico que en la isla se expresa de diversas maneras por las especificidades de ambas sociedades. En Haití que es el caso que nos interesa por las razones evidentes de ese caos eterno que amenaza con disolver esa nación, la falla del mecanismo se torna en crisis polí­tica con graves consecuencias de ingobernabilidad, porque al desaparecer los actores de intermediación, el paí­s no tiene una figura con suficiente credibilidad que genere la confianza para estructurar una agenda de consenso.

Lo trágico del drama haitiano es que el grupo Lavalás ha logrado recomponerse y como ha vuelto a seducir a las masas, expresándose violentamente en las calles de Gonaives, Cabo Haitiano, Juana Méndez y Puerto Prí­ncipe, es una realidad que no se puede extirpar de la solución polí­tica haitiana inmediata. De nuevo las masas carentes de sueños, piden a coro el retorno de Aristide, y me pregunto ¿Para qué?. Para mañana pedir a Joseph a Guy o a Duvalier.

Como los haitianos han perdido la oportunidad de construir aunque sea de manera restringida su democracia, ahora le toca a la comunidad internacional detener el derramamiento de sangre y de crear con seriedad, un espacio seguro, transparente y de consenso que posibilite la gobernabilidad en Haití.Clave Digital 20-10-2004.

- Disturbios en Puerto Prí­ncipe

Al menos seis heridos de bala y 30 detenidos dejaron ayer los disturbios registrados en Puerto Prí­ncipe, iniciados por presuntos seguidores del ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide, que exigen su regreso del exilio.

La policí­a haitiana, ayudada por tropas de la Misión de la ONU para la Estabilización en Haití (MINUSTAH), arrestó a 30 personas en los incidentes, según fuentes radiofónicas.

A primeras horas de ayer, miles de personas se desplazaron con precaución a sus trabajos o a sus asuntos ante el temor de que seguidores de Aristide protagonizaran incidentes como los registrados en las últimas semanas en la capital. El Caribe 20-10-2004/Mundo.

- Soldados para Haití...y en defensa de Haití

Como si el problema haitiano fuera de militares, los paí­ses centroamericanos se disponen enviar unos 500 militares para reforzar las tropas de las Naciones Unidas emplazadas en la vecina República.

Es una lástima que la ONU no acabe de dar pie con bola sobre una crisis que sabe muy bien que no es de soldados, sino de recursos económicos para paliar necesidades perentorias e impulsar el desarrollo.

La inestabilidad social y polí­tica que perturba a Haití es resultado de la pobreza y desesperación en que está sumido más que de la ausencia de un contingente militar con capacidad para poner el orden y la paz.

En lugar de más militares, lo que ha debido la ONU es volcar un contingente de recursos económicos, alimentos, medicinas, materiales para viviendas y otros para mitigar el hambre, las penurias y la desesperanza que sufren los haitianos.

En Haití no hay grupos polí­ticos ni etnias enfrentadas por el control del poder. Lo que hay es un pueblo hambriento y enojado porque la comunidad internacional ha intervenido su destino, pero sin resolverle sus problemas. El Nacional 20-10-2004/opinión.

- Fuerzas Armadas chequearán vehí­culos en la frontera

Las Fuerzas Armadas planean chequear todos los vehí­culos que circulen por la frontera, desde yipetas hasta motocicletas, y derrumbar las pequeñas enramadas en que los soldados realizan ese servicio en condiciones muy precarias.

El objetivo es establecer un mayor y más efectivo control sobre la frontera, sobre todo la terrestre, mediante el fortalecimiento de la seguridad, la vigilancia y los chequeos.

Así­ lo anunció el secretario de la cartera militar, almirante Sigfrido Pared Pérez, en el entendido de que "en la medida en que un Estado tiene control de la frontera en esa misma medida se gana el respeto de sus vecinos".

Es partidario de que se chequee a todo el mundo que circule por la frontera "no importa si son yipetas, guaguas, motores, camiones".

Explicó que en todas partes del mundo la frontera es una zona de seguridad donde se adoptan determinadas restricciones porque se trata de un puente que comunica naciones y que hay que cuidarse del tráfico de drogas, armas, mercancí­as y seres humanos, así­ como del terrorismo. El Nacional 20-10-2004/Nacionales.

- Dice migraciones a ciudades afectan estabilidad

El presidente Leonel Fernández advirtió este miércoles que atentan contra la estabilidad de la sociedad dominicana el crecimiento de la población y la migración de las zonas rurales a las ciudades, que produce bolsones de miseria y marginalidad.

Consideró que en República Dominicana hay una sociedad dual. "Una, en el polo de la modernidad y otra que languidece, sin oportunidades de desarrollo".

El Presidente habló en el Palacio Nacional en el lanzamiento de la Comisión Presidencial para erradicar la pobreza, insalubridad, analfabetismo, desempleo y otros males sociales.

"Aquí­ vivimos entre el siglo XIX y el XXI y de lo que se trata, conforme a los objetivos del milenio, de Naciones Unidas, es que haya una mayor equidad social. Que ese contraste se pueda reducir sobre la base de polí­ticas integrales", dijo.

El doctor Fernández sostuvo que este fenómeno social no es culpa de una gestión gubermanental en particular, sino producto de la estructura social cargada de injusticia. El Nacional 20-10-2004/Nacionales.