- Temen más de 1,000 muertos por causa tormenta en Haití
Más de mil personas han muerto o desaparecido en Haití a causa de la tormenta "Jeanne", especialmente en el noreste, donde siguen apareciendo cadáveres y algunos ríos están a punto de desbordarse, amenazando nuevas inundaciones.
En Gonaives, las aguas que convirtieron a la ciudad en un mar de lodo comenzaron hoy a bajar, lo que ha permitido que miles de familias abandonasen los techos de sus casas para encontrarse con una situación no mucho mejor.
El principal problema ahora es el riesgo de epidemias, por la falta de medicinas y de condiciones higiénicas adecuadas.
Equipos de la ONU, de la Cruz Roja, de la Organización Mundial de la Salud y organizaciones no gubernamentales locales intentan procurar asistencia a los más de 200.000 damnificados entre "un olor nauseabundo" que, según testigos, impregna toda la ciudad. Hoy 22-9-2004/El Mundo.
- Autoridades de Haití piden ayuda internacional ante el desastre
Cuando hay buen tiempo, lleva un día transitar los 170 kilómetros que van a Gonaives desde Puerto Príncipe. Pero las inundaciones multiplicaron las dificultades y trastornan el auxilio a los damnificados por la tormenta tropical Jeanne. El Caribe 22-9-2004/Mundo.
- Batey amargo: Hay que sacarle del limbo jurídico y social que le excluye y le indefine en la sociedad dominicana
Los taínos nos legaron el batey como un espacio de recreación, un olimpo para rendir culto a las divinidades. El batey, según las crónicas coloniales, era el lugar predilecto de la festividad y dio lugar al juego de pelota que tantos placeres y divisas aporta hoy a los dominicanos.
Más luego fue transformado en "campo de concentración", escenario donde se violan los derechos humanos. Los "señores de los ingenios", dueños de los bateyes, eran los "tutumpotes" del siglo XVI; gozaban, como hoy, de múltiples privilegios.
Ellos forjaron una inmigración extranjera para habitar y trabajar en esas unidades agrícolas. Desde su articulación a la industria azucarera, el batey se convirtió en ergástula donde la vida discurre entre el período de zafra y el tiempo muerto.
Hoy son los más pobres entre los pobres. Poseedores de una "nacionalidad" cuestionada y negada. El "bateyero" es una especie de paria y apátrida; no es de aquí ni es de allá. Es un ciudadano de quinta categoría.
Es el espejo cotidiano de la exclusión social, económica y cultural. Su pobreza delata la insensibilidad del poder y emplaza al Estado a ubicarle en una plataforma de desarrollo que posibilite la construcción de ciudadanía.
Nacer y morir en el batey es un drama sólo parecido al insomnio y cuando no a la más desagradable de las pesadillas. Hay que sacarle del limbo jurídico y social que le excluye y le indefine en la sociedad dominicana, es una situación injusta.
El batey tiene que trascender a la unidad de origen colonial, con la agravante de que aun persisten estructuras de la heredad del régimen de la esclavitud.
El batey es una síntesis híbrida que expresa la multiculturalidad y la etnicidad de la isla. Es un archipiélago diseminado por todo el territorio que canta en creol y baila en castellano tejiendo el soñar dominicano.
El poblador del batey amerita el reconocimiento y respeto de una nacionalidad adquirida de derecho, a la que ha contribuido a desarrollar, fortalecer, defender y que culturalmente ha enriquecido.
El batey es un ejemplo de la persistencia dominicana: crea a diario múltiples mecanismos de resistencia para subsistir a la pobreza y vencer a la realidad de muerte que le oprime, da paso a la esperanza que algún día deberá entrar por las puertas del barracón para quedarse hasta hacer desaparecer a la hambruna centenaria y cicatrizar las llagas que dejó el látigo del mayoral. Dario Solano/antropólogo dominicano/El Caribe 22-9-2004.
- Haiti: De prever y prevenir
Se me ha ocurrido poner este artículo bajo el título, quizás raro y un tanto equivocado, de prever y prevenir, en relación con la situación que hay en Haití, que el Consejo de Seguridad de la ONU califica de caótica, por lo que voy a relatar más adelante. El Consejo de Seguridad de la ONU muestra gran preocupación por la creciente violencia que hay en Haití, no obstante la presencia de unos ocho mil "Cascos Azules" de distintas naciones, en su mayoría, latinoamericana, a requerimiento de ese organismo mundial para imponer la paz.
Creo que el Consejo de Seguridad perdió tiempo en tomar ese asunto en sus manos. El día 30 de este mes se cumplirán 17 años de haberse pedido, en una asamblea de la ONU, una ayuda para Haití, por considerarla acreedora de ella por su herencia histórica. Se había pedido ayuda para otros países, pero la primera vez que alguien se levantó y fue a mí a quien el destino le dio la oportunidad, para en esa asamblea yo fui el presidente de la misión dominicana.
Para lo de Haití y el entorno geográfico que nos rodea, necesitamos pues, prever y prevenir. FABIO F. HERRERA CABRAL/diplomático dominicano/hoy 22-9-2004.