- Ex funcionarios y seguidores de Aristide buscan refugio en República Dominicana
Ex funcionarios y seguidores del ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide buscan refugio en la República Dominicana y alegan amenazas de rebeldes armados que aún controlan pueblos del norte de Haití.
Jean Manigat y Jean Robert Pierre, dos seguidores de Aristide que residían en Gonaives, en el norte de Haití, y que cruzaron la frontera hace tres días para refugiarse en Santiago, en el norte dominicano, esgrimiendo amenazas de muerte y persecución por parte de rebeldes armados.
Manigat y Pierre informaron de que los rebeldes saquean e incendian las casas y los establecimientos comerciales propiedad de militantes de Familia Lavalás, el partido que fundó Aristide.
También denunciaron que en Gonaives, Cabo Haitiano, Trou, Millot y otros pueblos del norte de Haití se hallan con frecuencia cadáveres de seguidores del depuesto presidente haitiano, supuestamente asesinados por insurgentes.
Manigat reveló que hace una semana una turba armada saqueó e incendió un supermercado de su propiedad.
Además, señaló que tras el incidente fue amenazado de muerte, lo que le obligó a refugiarse junto a su esposa y sus dos hijos menores en Santiago, donde viven algunos de sus familiares.
Según Manigat, tras la salida del poder de Aristide gran parte de los empleados públicos fueron despedidos por las nuevas autoridades, y en las empresas privadas, la mayoría controladas por opositores al del derrocado gobernante, se les niega el derecho al trabajo. El Caribe 5/8/2004/portada.
- Opinión
Haití memorable : ¡Qué despierte en catarsis caminando radiante por el mar Caribe con sabor a azúcar y aroma de alcohol!
El 2004 aún huele a clerén y sudor, invita al homenaje de la memoria y a la negritud. Celebramos junto a Haití los 200 años de su memorial revolución triunfante a la servidumbre. A propósito, la ONU bautiza año internacional de la conmemoración del recuerdo de la lucha contra la esclavitud en honor a los hijos de Toussaint Louverture.
Pero nos quedamos con el moño hecho. Los haitianos no han sido capaces de organizar la gran fiesta. El primero de enero fue nostálgico y reducido. Faltó creatividad y solemnidad para que todos los pueblos desayunáramos con los haitianos la sopa de la independencia: yautía amarilla, ayuma, ajíes y suficiente carne de guinea.
Viene Boukman del agosto ceremonial de 1791, aquel sacerdote vudú poseído en Bois Caimán invocando a "el buen dios que ha hecho el sol que nos alumbra desde las alturas, que subleva la mar y hace rugir el trueno; ¡escuchadme bien, vosotros!, este buen dios, oculto en una nube, nos mira. Ve lo que hacen los blancos.
El dios de los blancos pide crimen. El nuestro desea bondad. Pero este dios bueno exige venganza. El dirigirá nuestros brazos. El nos ayudará. Arrojad la imagen del dios de los blancos que tiene sed de nuestras lágrimas y escuchad la voz de la libertad, que habla a nuestro corazón". En Gonaives, 1804, nació Haití; será siempre memorable.
Hay un Haití inmenso, intenso y sublime, no el de los Tontons Macoutes, el hecho a pedazos por los políticos, el de las turbas armadas, el de los muertos en las calles de Puerto Príncipe, el de las pobres imágenes de CNN, el de las miserables estadísticas del PNUD y del Banco Mundial que sólo buscan des-acreditar.
Existe un Haití digno que puede interpelar su historia. El que se anida en el pincel comprometido de Tigá. En la homilía silenciada de Ti Jean. Brota del éxtasis musical de Boukman Experience. Se lee en los versos tiernos de Jacques Romain. Cuelga en naif en el malecón dominicano soñando con la africanía y desafiando agua, sol y sereno.
A donde duerme el Haití histórico, rebelde y libertario. No el de los "boat people" que huye a Miami y habita en los suburbios de París, New York, Québec y en los bateyes de Santo Domingo.
Tampoco, el del contraste entre Cité Soleil y Petionville. ¡Qué despierte en catarsis caminando radiante por el mar Caribe con sabor a azúcar y aroma de alcohol! El, álgido brotando en carnaval de las caderas de una negra diciendo: ¡Bonsair la société!/Dario Solano/El Caribe 4/8/2004
- Las propuestas sobre Haití de un senador francés
Los que de alguna manera siempre nos hemos interesados por la evolución de las situación política y económica de Haití no podemos pasar por alto todas las propuestas que casi a diario se hacen para ayudar al vecino país.
Generalmente se trata de propuestas bien intencionadas, aunque algunas de ellas parecen alejarse de la realidad, por cuanto en la mayoría de los casos se repite que la República Dominicana, por ser la Nación más afectada por la migración ilegal, es la que tiene que cargar con el pesado fardo, sin tomarse en cuenta que nosotros también tenemos nuestros propios problemas.
En tal sentido, hemos leído con la debida atención las declaraciones del senador francés Louis Duvernois, quien con mucha inteligencia propone que la República dominicana "debe ponerse a la vanguardia de la comunidad internacional en los esfuerzos para el desarrollo y la estabilización de Haití, debido a que es la nación más afectada con la crisis de su vecino país."
El senador parece olvidar que Estados Unidos y Canadá también son afectados por la crisis haitiana, en la medida en que crece el número de inmigrantes ilegales que utilizan los más variados métodos para llegar a sus respectivos territorios. Leandro Guzmán/Opinión Hoy 4/8/2004.